Sobre las 12´15 entramos en el edificio de la antigua Tabacalera, donde se ubica la Colección del Museo Ruso.
Divididos en dos grupos, realizamos una visita guiada, con l@s expert@s del museo.
La colección empieza con obras del s. XVI, llegando hasta mediados del s. XX.
Hasta el s. XIX la producción pictórica de Rusia se limita a los famosos iconos de la iglesia ortodoxa, que apenas evolucionaron a lo largo de muchos siglos.
Aquí vemos a la profesional del museo durante su explicación, cuando parecía aguantar sobre sus manos el gran peso de la tradición que soporta este icono:
En el s. XIX el arte ruso se equipara al europeo, siguiendo las tendencias de los países occidentales.
Nos lo explicaba nuestra guía ante esta enorme tela que escenifica una truculenta leyenda sobre nobles rusos:
En este detalle vemos el retrato de un bufón de la corte:
KONSTANTÍN MAKOWSKI. El ritual del beso(detalle). 1895 |
NIKOLÁI BOGDÁNOV-BELSKY. A las puertas de la escuela.1897 |
Mientras otros pintores de finales el s. XIX miraban con nostalgia la naturaleza rusa.
IVÁN YENDOGÚROF. El inicio de la primavera. 1885 |
KONSTANTIN KOROVIN. Idilio del norte. 1890 |
Pero es durante el periodo de las vanguardias cuando los artistas rusos crean sus propios caminos, desde finales del s. XIX hasta los primeros años de la Revolución Rusa.
MARK CHAGALL. Espejo. 1915 |
KAZIMIR MALÉVICH. Cabeza. 1928-32 |
KAZIMIR MALÉVICH. Un niño. 1928-29 |
ALEXANDR RÓDCHENKO. Estructura. 1917 |
OLGA ROZÁNOVA. Composición cubista con una fruta. 1914-15 |
VLADÍMIR TATLIN. Modelo. 1913 |
Allí pudimos contemplar la primera exposición individual de Michaël Borremans en España, titulada Fixture. Reúne 35 obras de la producción de los últimos quince años de este artista belga . Sus pinturas, que recuerdan, paradógicamente, tanto a los pintores clásicos del Barroco español y flamenco, como a la moderna técnica fotográfica, nos adentran en un mundo extraño y enanjenante que a pesar de todo nos resulta fatalmente próximo.
Además, nos encontramos ante 12 esculturas de bronce del artista chino Ai Weiwei, unas enormes piezas inspiradas en la fuente-reloj del palacio de verano de Yuaming Yuan, con las que el disidente artista chino enefrenta la antigua tradición de su pais a un nuevo contexto de globalidad cultural y museística.
Ni animal ni tampoco ángel es un conjunto de esculturas y una fotografía de la artista Marina Vargas, creadas expresamente para la exposición en el CAC Málaga. En ellas vemos figuras clásicas parcialmente envueltas en una masa de textura fluida, que parece crecer.
También hicimos unas fotos en las salas que muestran algunas obras de la colección del C.A.C.
Aquí estamos todos, l@s lumno@s del Bachillerato de Artes de 1º y 2º y de Artes Escénicas de 2º, junto a los profesores del Departamento de Dibujo:
Para acabar, tras pasar por la tienda del C.A.C., unas instantáneas antes de montarnos en el autobús que nos llevaría de regreso al instituto: